«No puedo esperar a solucionarlo, necesito hablar contigo y que entiendas, no es como tú crees, no, así tampoco, siéntate que te cuento, vamos a arreglarlo y ser felices, vale?
Aunque mañana se nos olvide…»
Nos relacionamos con prisa, queremos nuestra idea fantástica para ayer y lamentablemente nos olvidamos de nosotros mismos.
Somos seres insignificantes, vivimos buscando la felicidad absoluta y tener una vida maravillosa. En el fondo somos átomos en un entramado mucho más grande que el planeta en sí mismo.
Unos meses nos parecen mucho tiempo, somos impacientes, queremos vivir la vida, disfrutar de ella ¡ya! y conseguir todo cuanto antes.
No nos planteamos que igual que somos simples engranajes en la historia, cada acto que realizamos no es tan importante como creemos. No dejamos a la vida servir a su propósito y poder navegar por ella. Remamos con fuerza, intentando provocar un efecto que nos acerque a lo que creemos querer o necesitar sin pensar que lo que debe llegar, llegará tarde o temprano, que mientras perseguimos lo que creemos que buscamos, no somos conscientes de los cambios que el universo nos está proponiendo hasta que, cuando algo no encaja, una sensación que comienza a tocar nuestra alma nos invade exigiendo un cambio, un aprendizaje que nos guíe a actuar, una acción coherente con nosotros mismos, la búsqueda de nuestra paz sin perder más el tiempo.
Ahí está la información que buscamos, muy dentro de nosotros mismos… Nunca en otras personas, la clave siempre se refleja en los ojos de quien en su momento es un océano infinito de posibilidades, vivencias, sentimientos… La clave somos nosotros mismos y gracias a cada momento, podemos ser más «yo, conmigo mismo».
«Me quiero más cada día»…
Hay momentos destructivos, aunque en el fondo son más pre-constructivos, puesto que las bases de nuestras creencias son más sólidas y están más arraigadas de lo que pensamos… Y para dar forma a nuestro yo, hay que hacer espacio y desechar elementos que al fin y al cabo no necesitamos ni queremos.
Gracias universo por traer cada día una enseñanza cargada de emociones, con las que puedo aprender y gestionar una vida en paz, enfocada siempre que puedo, en el hoy, en el ahora…
«GRACIAS»…
Me deseo un muy buen viaje.
– Imagen de Cabecera de: Aquasixio (Deviantart)