No tengo muy claro qué discurso o tonalidad debería llevar a cada encuentro, más bien dejo que mi cuerpo sienta y fluya en el momento. Pero sí que, en ocasiones, debo escribir mis ideas, ordenar mis pensamientos, plasmar ordenadamente los puntos que me preocupan para, en caso de bloqueo, tener muy claro lo que quiero decir, poder salir del paso y finalmente, suceda lo que suceda, haber soltado todas y cada una de las palabras que mi mente quería transmitir.
¿Por qué sentirse mal? Hay momentos de lucidez en el tiempo, ¿pero cuál es el detonante de cada uno de esas situaciones de claridad mental? Hace no mucho (cuatro días) me vi en una encrucijada, hacer lo que me apetecía, eso si, encontrándome con alguien con quien me siento incómodo y mal, o quedarme en casa y no salir.
Incomodidad, malestar, nerviosismo… Me paré un momento a pensar en el porqué de estos sentimientos. Es bidireccional y recíproco supongo, por lo que no sería el único en este estado. ¿Qué debería hacer? ¿Tengo la respuesta al fin? desnudé mi alma y llegué a la conclusión de que todo lo que pienso o siento respecto a esa persona es algo inculcado y no es real, llevo tanto tiempo con unos pensamientos concretos y los que me llegan de otras personas, que no me doy cuenta de lo que representa realmente esa persona para mí.
Actualmente como ya he dicho en otras ocasiones, «No creo en la maldad», considero que lo único que debemos juzgar como algo malo es el hecho en sí, no la persona. Ha llegado a ese punto de su vida gracias a muchas cosas que ha vivido y no han de ser siempre buenas, lo que hace que nos desestructuremos en distintas fases de nuestra vida y hagamos cosas de las que es posible que nos arrepintamos en un futuro, pero ¿cómo juzgar a alguien por cometer un error, cuando piensa que está haciendo lo correcto? Todos necesitamos una mano que nos guíe en distintos momentos, que nos ayude a tomar las decisiones que más felices nos hagan, que nos levante si nos equivocamos…
«A veces necesitamos dejar de analizar el pasado, dejar de planear el futuro, dejar de intentar definir cómo nos sentimos, dejar de decidir exactamente qué es lo que queremos y sólo dejar que pase lo que tenga que pasar.«…
He decidido considerar «lo malo» que sucedió, como algo superfluo y sin sentido actualmente, no me afecta, no me duele… ¿Por qué debería seguir sintiendo malestar por lo ocurrido? Realmente adoro a esa persona por lo que fue y representó. Soy quien soy, en una parte por ella, por lo que he decidido olvidar todo lo sucedido y centrarme en la persona que era, que fue y que posiblemente siga siendo.
«Perdonemos a las personas, no los errores, estos hay que aceptarlos y saber que gracias a ellos nos convertimos en algo más, cambiamos y crecemos.»…
El orgullo no sirve de nada, nos centramos demasiado en lo que podemos perder si… y olvidamos todo lo que podemos ganar.
– Imagen de Cabecera de: PascalCampion (Deviantart)